viernes, 21 de mayo de 2010

Fraude por Internet

Me ha llegado uno de esos correos basura que no tiene desperdicio. Está en francés, pero creo que merece la pena transcribirlo en su totalidad:

Bonjour Monsieur.

J'ai l'honneur de vous informer et j'ai le grand plaisir de transmettre la proposition de l'investissement de (4m d'euros), quatre millions d'euros en Algérie.

Je suis Fatimaa Abdlkader, la première épouse du ministre de la Défense, (Rtd.) Abdlkader, général (Décès) comme l'homme lucratif, prolifique, vaste de fortune et populairement connu dans toutes les communautés du monde entier, même dans les La's importation activité, et que tous ceux qui sont sur le cas du pétrole / huile au cours de la période de l'ancien président nigérian, le général Ibrahim Babangida Badamasu, mon mari est un homme qu'il a destiné incompatibles.

En raison de la position statuesque de mon mari dans le gouvernement et la confiance que l'accord, il a un an et de préserver la sûreté d'un montant important dans le Dawn société de sécurité privée dans (Londres), après avoir un grossissement plus physiques de la propriété et de l'argent par la nouveau gouvernement.

J'ai choisi votre contact, en raison de ma recherche attentive d'une honnête, fiable et sincère partenaire d'affaires, j'ai été retenu parmi les différents profils, en raison de la prière que j'ai faite à Allah pour un homme vrai fumées honnête et digne de confiance, et surtout pouvoir investir dans les dispositions destinées à l'avenir de mes enfants, je suis ici à Londres en tant que réfugié politique le contenu politique de mon mari, toutefois, je bénéficie de l'enracinement de l'état de l'asile politique à Londres, ainsi Que mes droits sont sous le contrôle de le nouveau gouvernement cherche à récupérer quid alors que la fortune de mon mari.

Pour cette raison, Que je ne peux pas vous envoyer toute information concernant cette affaire d'argent d'ici à Londres, cet argent était gardé par mon mari, j'ai découvert tous les documents relatifs à cet argent (4.m euros), quatre millions d'euros déposés dans une entreprise de sécurité à Londres, dont je suis le bénéficiaire, à cet effet, j'ai donc décidé de transférer tout l'argent à investir en Algérie.

Si vous êtes vraiment capable et désireuse de m'aider, je vous promets de vous donner 25% de la somme totale qui est de 5% pour les dépenses qui se posent mai au cours de l'opération et les 70% restants sont pour moi et ma famille à investir en Algérie.

Je confie cette lettre qui est la raison pour laquelle je l'envoyer directement à votre boîte aux lettres pour éviter le potentiel durable, donc, tout a été arrangé avant de communiquer avec vous, s'il vous plaît, si elle n'est pas intreresse, restz anonyme au nom d'Allah, de l'envoi, de votre contact, mais Entrez si vous êtes intéressés, vous pouvez me contacter sur le contact énumérés ci-dessous.

1.Vos nom complet.
2.your numéro de téléphone.
s'il vous plaît accepter les sentiments distingués.
Fatimaa Abdlkader,
mon e-mail fatimaa1959@gmail.com



Evidentemente, se trata de un fraude. No existe la tal Fatimaa, ni ha existido un general con ese nombre (Abdelkader, en todo caso, es un nombre de pila, no un apellido), ni ha ocurrido historia similar con el dinero. Además, para cualquiera que conozcca un poco la actualidad argelina, decir que el dinero ha sido transferido a Argelia para ocultar un sobrono, suena a chiste.

Lo preocupante es que estas historias sólo se inventan dando como refrencia alguna república bananera y de nula cultura democrática. Y ahora, cosas de la vida, le toca a Argelia.

martes, 18 de mayo de 2010

Contra el vicio de pedir

No lo he comentado nunca con nadie, pero me sorprendería mucho ser el único al que le piden en Argelia dinero con la disculpa de tener que comprar medicamentos.

La primera vez que me sucedió fue en Annaba, hace ya bastantes años. Un empleado de la empresa nacional de siderurgia me pidió que le adelantara dinero para poder comprar medicamentos para su esposa, que estaba enferma. Me aseguró que en dos días me lo devolvería. Casualmente, el director financiero de la sociedad, con el que había hecho buena amistad, me contó unos días más tarde que esa persona se iba un mes de vacaciones. Le respondí que tenía a la esposa enferma, que lo sabía porque le había prestado dinero. Me cayó una buena bronca por ingenuo. Una hora más tarde me llamó a su despacho para ir a ver al director general y contarle lo sucedido. Les parecía horroroso que un empleado de grado media de la sociedad se dedicara a estafarme. Me aconsejaron que nunca prestara dinero a nadie en Argelia y aseguraron que se iban a encargar del asunto. Aquella misma tarde tenía el dinero en mi despacho.

Descubrí realmente que todas estas historias de la necesidad de dinero para comprar medicinas son falsas cuando el año 2000 me pidieron prestado para comprar unos medicamentos y mi reacción fue buscar la forma de conseguirlos de forma gratuita. El enfermo tan necesitado no dio señales de vida y nunca me hizo llegar el historial médico para que desde España le hiciera llegar un tratamiento alternativo y gratuito.

Hace dos años me engañaron dos veces casi seguidas con la misma historia. Uno de ellos era el aparcacoches de mi residencia, que necesitaba comprar medicamentos para su diabetes. Nunca he vuelto a ver los veinte euros que le presté. Eso sí, posteriormente me pidió varias veces dinero, siempre por encontrarse ante una situación límite, y mi respuesta fue en todos los casos que primero me devolviera lo que me debía. Otro vecino me vino con el mismo cuento, peor pidiendo sólo cuatro euros. El caso es que no tenía cambio de mil dinares, diez euros, y fue esa la cantidad que no volvía a ver.

A primeros de este año fue un guardián de mi trabajo el que vino pidiéndome cincuenta euros para comprar medicinas. Se trataba de una persona que me caía muy bien, pero sabía que prestarle dinero era perderlo. Tuve que hacer como que llevaba muy poco encima para reducir las pérdidas, porque obviamente no he vuelto a ver lo que le dejé.

La última vez que me ha ocurrido ha sido hace poco, cuando estaba esperando debajo de mi casa al taxi que me llevaría al aeropuerto para mis vacaciones en Holanda. Llega un vecino, me saluda de forma muy afectuosa y me cuenta que ha subido a comprar un medicamento que toma su esposa, difícil de encontrar, porque hay escasez en el país; que se ha encontrado con que no lleva suficiente dinero encima y ahora tiene miedo de que lo vendan y cuando regrese ya no quede esa medicación, tan necesaria para su esposa. El caso es que ahora me he convertido en un ser bastante cruel para estas peticiones de dinero. Cuando mi vecino me nombró las medicinas ya sabía que la historia que iba a escuchar era una pura patraña para sacarme dinero, así que me dispuse a escuchar el cuento para ver si conseguía superar la actuación de los que me estafaron anteriormente. Y, como me pareció muy floja, no me conmovió lo más mínimo y le dije que no podía prestarle el dinero. Se sorprendió y me preguntó:

- ¿No lleva nada de dinero encima?
- Sí que llevo dinero. Lo que le he dicho es que no le puedo prestar, no que no lo tenga.
- Con seiscientos dinares tengo suficiente.
- Con lo que tiene, si le adelanta una parte al farmacéutico, estoy seguro de que le reserva el medicamento. ¿Quiere que le acompañe?
- Sólo déjame seiscientos dinares.
- Lo siento. Nunca presto dinero.

Lo cuento a modo de autocastigo. No me gusta ser tan cruel. No puedo estar seguro al 100% de que la historia era falsa y en los momentos de debilidad me he sentido mal recordando este pasaje. No quiero convertirme en alguien insensible y prefiero seguir siendo el idiota del que tantos se seguirán aprovechando.