domingo, 31 de enero de 2010

Literatura

(Éste es un resumen abierto a todos. El texto completo está en http://www.privadoenargel.blogspot.com/, exclusivo para quienes previamente se han registrado y me han enviado sus datos personales).

Desde el verano del 2008 llevaba sin leer un libro y sin ver una película si no me sentía acompañado por alguien. Estuve buscando alguna biblioteca pública en Argel a la que acudir y leer en compañía, pero no encontré nada que me agradara.

La tranquilidad de espíritu regresó sin avisar y en diciembre ya me dediqué a liquidar una parte de los cientos de periódicos que había acumulado sin leer. Fue mi terapia de lectura intensiva durante semanas, a razón de una media de unas cuatro horas diarias los días laborables y más de diez los festivos.

Cuando puse la prensa al día, me pasé a la lectura de libros. Y en esas sigo. No puedo regresar a los tiempos del pasado, cuando caían un par de libros por semana, porque la edad, que no perdona, me obliga a leer con gafas en ausencia de luz natural. Y porque estando en Argelia me enriquece mucho el contacto con la gente, escuchar sus pequeñas hazañas diarias, sentirme en una sociedad diferente a la mía.

Cuando se me pasen los ataques de impaciencia, los que me convierten algunos días en un borde insoportable, habré puesto fin a esta pesadilla. Costará más, porque vienen de lejos y mi situación en Argelia no hizo sino agravar un mal previamente existente. Pero saldré adelante.

Además, acabo de localizar en pleno centro de Argel un sitio excelente que acaba de abrir con el nuevo año: una cafetería literaria. El propietario es un librero que tiene su comercio de toda la vida al lado de la mezquita que antes fue la Iglesia de San Carlos, que ha tenido esta genial idea de ofrecer un local para tomarse un café rodeado de libros puestos gratuitamente a disposición de los clientes y, lo que es más importante, de otras personas con inquietudes literarias, para charlar de algo más que de mujeres y fútbol. Cada tarde se abre en un rincón de la cafetería un debate sobre un tema cultural, abierto a todos los interesados. ¿Qué más se puede pedir?

lunes, 25 de enero de 2010

Mismo tema

Esto parece un espacio deportivo. Pero es que no se habla de otra cosa, no se vive para nada más en Argelia. Me repito con fútbol y coche.


Mientras escribo, dos de la madrugada, el atasco en las calles es monumental y el ruido no permito conciliar el sueno a quienes desean descansar. Esta vez si hay un motivo de celebración, porque el equipo nacional de fútbol ha jugado un partido vibrante contra Costa de Marfil y ha acabado ganando, para pasar a la fase de semifinales de la Copa de África.

Lo malo es el gamberrismo al volante. Esta pasada noche me han dado un violento golpe lateral en una calle, cuando trataba de seguir las indicaciones de un policía para llegar hasta mi casa, porque habían cortado algunas calles. Un coche que había señalizado con luces de emergencia su detención ha reiniciado la marcha sin indicar nada en absoluto y cuando le he adelantado me ha impedido el giro a la derecha. Culpa mía, en cualquier caso, aunque me queda la duda de si un coche con las luces de emergencia dadas tiene o no que ceder la preferencia. Ha sido como en los autos de choque, un violento toque lateral del que he salido lanzado, solo que el arreglo me costara a mí el dinero. En esos momentos no merecía la pena ni bajarse a mirar, ya conozco las nulas posibilidades de que el seguro se encargue del arreglo y la cantidad de papeletas que en un caso así hay para que el tema acabe en una pelea.

En fin, es Argelia.

martes, 19 de enero de 2010

Cualquier cosa, menos deporte

(Texto completo en Privado en Argel)


En las calles de Argel se celebra el empate a cero del equipo nacional de futbol contra la seleccion de Angola. No es una broma, por absurdo y ridiculo que parezca.


Lo peor es que la celebracion consiste en hacer gamberradas , saltarse las normas de convivencia e infringir el codigo de la circulacion. En la principal avenida comercial de la ciudad, Didouche Mourad, se han producido dos graves accidentes; segun me contaban los empleados de un restaurante situado justo enfrente de uno de los accidentes, un vehiculo ha tropezado con otro, se ha llevado por delante dos contenedores de basura y al frenar han caido del vehiculo tres personas que viajaban con el cuerpo fuera. Como resultado, una ha perdido incluso la consciencia, con sangre que salia de su cabeza y no sabian si habria llegado con vida al hospital.

Hay algo que no funciona. Mi opinion es que existe tal carencia de posibilidades de ocio y de expansion en una sociedad sometida hasta el extremo, que el futbol se ha convertido en la unica excusa para desfogarse.

lunes, 18 de enero de 2010

El pobre Hyundi

(Este es un resumen público del texto completo, publicado en el blog privado, reservado a los amigos inscritos previamente)


Poca gente tendrá un coche que, como el mío, haya circulado por 22 países. Porque he estado echando cálculos y ese es el número diferente de países en el que me he puesto al volante de mi Hyundai Accent, que me ha permitido disfrutar de tantas aventuras y momentos maravillosos.

La verdad es que al pobre no lo he tratado demasiado bien. En una ocasión, en Liechtenstein, tuve que recurrir a los servicios de una grúa para que me sacara a duras penas del interior de un bosque alpino en el que me había metido por error y donde ni siquiera existían caminos; la grúa, con tracción a las cuatro ruedas, fue incapaz de llegar hasta allí, un lugar más propio de una prueba de trial que de otra cosa. A cambio, lo he paseado por lugares pensados específicamente para él, como Le Mans, Monza o Mónaco, donde una parte del circuito urbano sólo se puede recorrer en la vida ordinaria en sentido contrario a como luego lo hacen los bólidos en las carreras de Fórmula 1.

He vivido con mi Hyundai aventuras divertidas, como el día que me pusieron una multa en Albania… por no llevar preservativos. O, sin ir más lejos, cuando casi me lo hacen explotar delante de la residencia del Embajador de Gran Bretaña en Argel, convencidos de que se trataba de un coche bomba. No ha sido, ni mucho menos, el único problema con la policía argelina. El más grave sucedió hace unos meses, cuando se lo había prestado a un amigo para acompañar a una chica a su casa.

El pobre Hyundai no gana para disgustos desde que hace casi dos años le cayó por la noche un árbol encima. Con todo lo que me agobia hacer frente a los problemas, decidí circular con un coche “a la argelina”. Pero a partir de ahí, los diferentes golpes y los achaques propios de la edad que le van surgiendo lo han dejado en un estado lamentable, sin un intermitente y otro faro sujeto con cello, una sola puerta que abre, rayas por todas partes, el capó desencajado, el maletero sin tirador, el espejo retrovisor derecho roto,…

Como casi cada día me surgen nuevos problemas, no puedo decir que lo que iba a contar y que dejo para el siguiente post sea la última anécdota sufrida, porque ayer mismo se me estropeó la única puerta cuya cerradura funciona y ahora es la que no se puede abrir desde dentro.

miércoles, 13 de enero de 2010

Haiti

(Texto completo en Privado en Argel)
Para inaugurar el primer texto de "Privado en Argel" contaba con muchas ideas. La principal, la aventura que estoy viviendo con mi coche, por culpa de mi mala cabeza. Pero las noticias que a estas horas de la noche llegan desde Haiti no me permiten centrarme. Empiezo a recordar mi unica experiencia con un terremoto, hace ya 24 meses, que precisamente repasaba ayer con la lectura de un periodico del dia siguiente, que guardaba en mi despacho.

Y vuelvo a los terromotos, a las victimas del que sufrio Argelia, especialmente en la zona de Boumerdes. A las familias que aun viven en viviendas prefabricadas, en condiciones infrahumanas, como tuve ocasion de comprobar una vez que me adentré en su campamento. Pienso en tantas personas que conozco en Argelia, gentes buenas, a las que la vida ofrecio su peor cara.

También en Haiti seran los mas pobres los paganos de todo, los que perderan su vivienda, cuando no su vida y todos sus enseres. Por eso, mi mente esta en estos momento con tantas victimas de la injusticia en el mundo, con todos los que no han tenido la suerte de nacer en el primer mundo y en el hogar adecuado, con un "pecado original" que para unos supone la condena a una vida miserable y para otros el derecho a vivir del cuento y de la explotacion de los que no han gozado de su misma suerte.

(Este es un resumen del texto publicado en el blog privado)

miércoles, 6 de enero de 2010

Los Reyes Magos

No sé a cuántos amigos decepcionaría si no publicara aquí mi carta a los Reyes Magos. Y, pese a ello, voy a convertir ese “decepcionaría” por “he decepcionado”, porque no hay tal carta. No me puedo sacar hoy de la chistera el típico “Queridos Reyes Magos, soy José Antonio, un niño un poquito malo, menos niño que malo, que vive en Argel y que quiere pediros todo aquello que a lo largo del año ha ido anotando que haría falta para que la vida en Argel fuera más justa, más libre y más feliz para todos”. Sería algo extraño, sonaría a hueco después de semanas de silencio. Creo que lo mejor en esta fecha es cambiar la carta a los Reyes Magos (que ellos han recibido directamente de mi corazón) por una explicación a los lectores.


Muchos de los comentarios que me habéis dejado en mi último post del pasado mes de noviembre iban encaminados a conseguir que volviera a escribir, echando de forma más o menos velada la culpa de mi silencio a algún censor que me critica. Sin embargo, no hay nada de esto último; no existe ese supuesto enemigo. Y voy a tratar de aclararlo.

He explicado ya bastantes veces que empecé a escribir el blog para mantener contacto con los amigos y para que quienes accedieran a él recibieran una imagen de Argelia muy diferente de la que llega por la prensa. Que se supiera que la vida se desarrolla con relativa normalidad, con sus problemas y dificultades, con su choque cultural, con momentos maravillosos y otros que mejor sería olvidar.

Desde el primer día intenté ser sincero hasta el extremo. He superado el lógico pudor para contar todo tipo de intimidades, sin esconder nada. No me considero un exhibicionista, aunque siempre hay un poco de ello en todo escritor, pintor, músico, o artista de cualquier tipo. Quería mostrar Argelia desde mis ojos; tal y como yo la veo y la siento. Y sólo siendo sincero en lo que a mí respecta podía ganarme la credibilidad de ser sincero en todo lo demás. Evidentemente, mi blog no es la verdad, sólo mi verdad, sólo la Argelia que yo percibo.

El fallo, con el que yo no contaba, es que mi blog podía llegar a interesar a los que ya viven en Argelia. Supongo que se debe en buena parte a que mis reflexiones, esa visión mía de la realidad argelina, es la que ellos también perciben y les resulta simpático y hasta divertido ver reflejadas en un blog de Internet sus propias anécdotas. Antes de venir a Argelia encuentran interesante descubrir que no van a vivir entre bombas y terroristas islámicos que les pueden secuestrar o cortar el cuello en cualquier momento, sino en una ciudad mediterránea cuyos mayores problemas son la anarquía urbanística, la suciedad y la peculiar forma de ser de sus habitantes. Luego, cuando ya viven en Argel y han interiorizado la realidad del país, perciben en la lectura del blog una visión critica que comparten, pero que juzgan políticamente incorrecta y consideran polémica, de modo que parece mejor mantener las distancias.

Curiosamente, no tengo problemas con la inmensa mayoría de los argelinos que leen el blog, que comprenden que escribo desde el cariño al país y a sus gentes. Sólo alguno que ha heredado lo más rancio del chauvinismo francés se siente molesto al comprobar que un extranjero se permite realizar un análisis crítico de su patria. Tampoco me extraña demasiado. Buena parte de los aspectos que yo encuentro criticables en la sociedad argelina lo serían también de la española a los ojos de un escandinavo, por ejemplo; y estoy seguro que muchos de mis compatriotas pillarían un rebote si vieran una crítica escrita sobre la manía de tirar las servilletas y otros restos al suelo en los bares, o las colillas en la calle. Discutía ayer con un amigo sobre cómo en nuestra cultura está bien visto copiar en un examen si el profesor no se da cuenta, mientras que si un compañero delata que se está haciendo trampa, todo el mundo ve horrible que exista un chivato. Y, sin embargo, en una sociedad desarrollada deberíamos tender a que eso fuera lo normal, que el niño aprendiera desde la infancia que lo feo es hacer trampas, no colaborar con la ley.

Pero me he salido del tema, cuando quería expresar que, desgraciadamente, son muchos los que no desean verse nombrados en el blog. Ya en los primeros meses se me acumularon los problemas. Una persona que me había autorizado a colgar las fotos que quisiera en el blog, se retractó y me pidió que las retirara, porque su pareja sentimental se lo pedía. Algo parecido me sucedió días después con una compañera de trabajo. Otra fotografía fue objeto de mosqueo por un comentario que en realidad no iba en la dirección que podía pensarse. Después, un sujeto indeseable me estuvo durante un tiempo molestando porque estaba convencido de que yo le había insultado, cuando no me había referido a él. A partir de ahí me llegaron algunos comentarios o rumores de personas que en algún momento se sentían molestas por lo que había escrito. Y siempre, curiosamente, españoles viviendo en Argelia; personas a las que el blog no debería interesar en absoluto, porque poco o nada pueden descubrir en él.

El efecto de lo anterior ha sido que por algunas personas se me etiquetara de conflictivo, por decir lo que pensaba, al tiempo que para otras mi etiqueta era la de un individuo peligroso, a mantener a distancia, porque luego lo cuento todo.

Quienes me conocen saben de las dificultades profesionales que he sufrido durante bastante tiempo y que afortunadamente están empezando a ser parte del pasado. He escrito que “están empezando” porque hay un refrán español que dice que “muerto el perro se acabó la rabia”, pero no explica el tiempo que posteriormente hay que cumplir de cuarentena. Esas serían mis circunstancias actuales, en las que ya puedo realizar una parte de mi labor profesional. Y me siento, sinceramente, feliz. Cerrando un paréntesis que ha durado casi dos años.

El sello de individuo conflictivo o a evitar, que comentaba más arriba, no me conviene si quiero disfrutar de una vida social en Argelia. Lo comprobé cuando un amigo tuvo que pasar el mal trago de llamarme para pedirme como un favor que retirara un comentario del blog. Ahí comprobé que mi vida social la tengo que dejar también al margen de lo que escribo en el blog, si quiero evitar que huyan de mi como de un apestado. Pero si hago eso habré dejado de reflejar la realidad, el blog carecerá de sentido.

En ese punto de mi análisis, en el que tendría que elegir entre mis amigos de Argelia y el blog, alguno me recordará que gracias al blog he hecho amigos. Muy buenos amigos, por cierto. Gente maravillosa, como Farid, por dar un ejemplo. He estado haciendo memoria de la gente que he podido ir conociendo gracias al blog y a vuela pluma puedo afirmar que son más de seiscientas personas. La mayoría, sin embargo, han sido contactos interesados puntualmente en Argelia que, de la misma forma que llegaron, se fueron.

Me duele dejar sin su ración de lectura diaria a mucha gente. Pero ahora tengo que pensar fundamentalmente en mí, mostrarme algo más egoísta y disfrutar de la vida por mí, no por lo que otros perciben a través de mí. Estoy seguro de que volveré a escribir y barajo diferentes alternativas. La primera, hacerlo en el blog de acceso reservado (www.privadoenargel.blogspot.com) que mi amigo Jon me ha creado, al que sólo pueden acceder las personas previamente registradas y cuya personalidad haya podido contrastar previamente. La segunda, limitarme a publicar en Facebook, de modo que sólo mis contactos y amigos puedan leerme. La tercera, asumir las restricciones y aceptar alguna de las ofertas para colaborar con un medio de comunicación, dando a los comentarios un enfoque muy diferente al que he aplicado hasta ahora.

Mi regalo de Reyes para todos los lectores, de todas formas, ha sido esta entrada en el blog. Y lo que me han traído los Reyes Magos ha sido un teléfono móvil Nokia 1202, libre, que en la tienda oficial del fabricante en Argel cuesta algo menos de 25 euros.