viernes, 24 de abril de 2009

De médicos y Mendi

Llevo un par de días en Bilbao, adonde he acudido para consultas médicas diferentes. Lo peor, lo saben quienes me conocen, la extracción de sangre. En mi casi supone una jornada de víspera en la que me muestro insoportable, un miedo atroz cuando se acerca el momento y unas horas posteriores en las que no soy muy consciente d elo que ocurre, generalmente con desvanecimiento y bajada de tensión. Le ocurre a más gente, no soy el único ejemplar "gallina" que circula por aquí, sólo que yo lo cuento...

El viaje en avión resultó muy divertido. Y se entenderá (y compartirá) cuando publique una fotografía que tomé en el aeropuerto de Argel. De los resultados médicos no puedo decir gran cosa. En la parte sicológica es evidente que estoy bastante peor y la psiquiatra sólo lo ha constatado, me ha modificado el tratamiento y me ha dado cita para dentro de unas semanas, a expensas de lo que decida mi médico de cabecera. Es éste el que me verá el próximo lunes para comprobar cómo estoy de todo lo demás: hipertensión, ácido úrico, colesterol y los mil y un defectos que me encontraron hace un par de años.

He aprovechado el tiempo en Bilbao para visitar Sinaval, la feria naval que se está celebrando estos días. Ahí me he encontrado con gente que también ha acudido últimamente a ferias en Argel, incluso he estado con algún astillero que está trabajando para armadores argelinos. No he venido a Bilbao de vacaciones, sino para consulta médica, y no tengo ninguna intención de desconectar.

Lo mejor de estos días ha sido reencontrarme con mis amigos Jon e Itziar. Y Mendi, su nuevo fox terrier, con el que me he sacado la siguiente fotografía:

Jon lleva una temporada tomándose muy en serio lo de adelgazar, no como yo. Y también está preparándose para realizar el Camino de Santiago, así que casi diariamente emprende caminatas gloriosas. Este jueves por la tarde me ha pillado para una de ellas, que explica en su blog. Lo que no cuenta es que él iba pertrechado con calzado deportivo y ropa cómoda y yo con unos zapatos que estrené la víspera, chaqueta y pantalón de vestir. Dice que sólo hemos caminado diez kilómetros, pero yo juraría que han sido bastantes más. He acabado con los pies machacados, con ampollas; y una rozadura en el talón de Aquiles.

La venganza la tengo guardada: Cuando se venga a Argel a la inauguración del metro, que será dentro de unos meses, me lo llevaré de paseo por los barrios más tradicionales de la ciudad, para que pase algo de miedo. No le pasará nada, la gete e realidad es muy simpática en Argel y no existe nada de todo ese miedo que se tiene en occidente a que te salga un barbudo con un cuchillo. Pero un recién llegado siempre se mueve al principio con esa sensación.

Me quedan aún unos días en Bilbao. Regreso el martes que viene a Argel, si todo va bien.

2 comentarios:

mari paz dijo...

Hola José Antonio. Yo también le tengo pánico a que me saquen sangre. Por eso no soy donante. Soy un desastre, la mayoría de las veces que me dan cita para hacer análisis me termina pasando la fecha y no acudo.
Un beso y que lo pases muy bien estos días en Bilbao.

Una más bajo el cielo dijo...

Bienvenido a casa.
Este fin de semana hay fiestas en Santurtzi, por si buscas plan, jeje.